sábado, 7 de diciembre de 2013

JEAN GARDEN BATTEN: LA GRETA GARBO DE LOS CIELOS

Teodoro Toro Gómez
José María Ibáñez

(Foto: ianmackersey.com)
El destino de Jean Garden Batten estaba más que pronosticado. Junto a la cuna, su madre dejó la noticia donde se relataba la odisea de un piloto francés que había conseguido por primera vez cruzar el Canal de la Mancha unas semanas antes: Louis Bleriot. Años después nuestra heroína se convirtió en una de las mujeres más laureadas gracias a sus solitarias aventuras aéreas allende los mares. En los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Jean ocupaba las portadas de los principales medios de comunicación de la época. Sin embargo, cosas también del destino que a veces nos juega malas pasadas, acabó muriendo en la soledad y sus restos reposaron durante cinco años en el anonimato de una fosa común del cementerio de Palma.

Jean Garden Batten nació en Rotorua, ciudad situada a 230 kilómetros de Aukland (Nueva Zelanda) en 1909. Desde muy joven se apasiona por la música y, de hecho, su sueño es convertirse en concertista de piano. Pero sus deseos profesionales dan un giro de trescientos sesenta grados cuando observa maravillada a través de la prensa diaria, las hazañas de Charles Lindbergh, el joven aviador americano nacido en Detroit e hijo de inmigrantes suecos, que lograba cruzar por primera vez en la historia de la aviación el Océano Atlántico en solitario y sin escalas.

Con la total desaprobación de su padre y la complicidad de su madre, viajan juntas a Londres. Allí, cuentan las crónicas, rentabiliza al máximo su condición de mujer atractiva (de ahí el apodo de Greta Garbo de los Cielos) con dos relaciones sentimentales que le permiten dar los primeros pasos para la consecución de sus fines. La primera, que le sufraga los estudios y la licencia de piloto privado en el Club Aeronáutico de Londres, con el piloto neozelandés Fred Truman y, la segunda, con el también piloto inglés Victor Doree que le regala su primera avioneta.

LOS MEJORES AÑOS DE SU VIDA
En 1934 bate el record femenino que ostentaba la británica Amy Johnson al efectuar la travesía entre Inglaterra y Australia en catorce días y veintidós horas (cuatro días menos), después de dos intentos fallidos. En 1935 realiza el vuelo en solitario entre Londres y Buenos Aires, siendo así la primera y única mujer que consigue esta proeza en los inicios de la aviación, y en 1936 lleva a cabo su segunda aventura, esta vez entre Londres y Nueva Zelanda; regresando de nuevo a Inglaterra. En años sucesivos realiza otros tres vuelos desde Gran Bretaña a Australia.
(Foto: de3-antipodes.com)


Jean Garden Batten ha pasado a la historia como una de las primeras mujeres de su época en conseguir batir cinco records mundiales en vuelos transoceánicos entre Australia y Reino Unido y desde Londres a Argentina. Estos éxitos le permitieron alcanzar la categoría de "Héroe Nacional" de su país. En 1938 publica su primer libro "My life" (Mi vida), donde relata su propia vida desde el primer momento en que contempla un aeroplano y la posibilidad de volar.

La explosión de la Segunda Guerra Mundial quiebra las espectativas de la joven, valiente y laureada aventurera neozelandesa. Solo se limita a realizar para los aliados, a diferencia de sus homólogas Amelia Earhart y Ami Johnson, algunas misiones de propaganda. Finalizada la contienda las apariciones públicas de Jean Batten comienzan a espaciarse e inicia un frenético recorrido junto a su madre por diversos países. Visita Jamaica, donde se asienta durante varios años. Después regresa a Europa donde reside por un breve espacio de tiempo en Inglaterra, para luego recalar en España; vive en Málaga y en la isla de Tenerife, antes de afincarse definitivamente, poco después de fallecer su madre, en la isla de Mallorca, donde se le pierde la pista. 

DESDE MALLORCA Y EN SILENCIO HASTA LA ETERNIDAD
Desde su primera visita a Mallorca en la década de los setenta y otras posteriores la heroína, que solía pasar algunas temporadas en Porto Pí, donde había alquilado un pequeño apartamento en el edificio Vista Mar, pasa totalmente desapercibida. Aquí le sorprende la muerte a los 77 años, un 14 de noviembre de 1982. Las causas de la muerte, según el dictamen del médico forense, fueron debidas a la infección producida por la mordedura de un perro.

Las autoridades encargadas de la investigación comunicaron el óbito a la Embajada de Nueva Zelanda en Madrid. La falta de respuesta por parte de la representación diplomática y el escaso interés demostrado por parte de algún allegado de la difunta, obligan a las autoridades mallorquinas a inhumar sus restos a finales de enero de 1983, tras haber permanecido los cincuenta días reglamentarios en el depósito del Instituto Anatómico Forense de Palma.
Tumba en el cementerio de Palma
(Foto: Archivo José María Ibáñez)

El entierro tuvo lugar en el más completo anonimato y el cadáver fue sepultado en la fosa común número siete del camposanto palmesano. Nadie en aquel entonces sospechaba que el cuerpo al que se le daba finalmente sepultura pertenecía a un personaje mítico. En 1979, antes de su muerte, publicó su segundo y último libro, "Alone in the sky" (Sola en el cielo", donde describe las sensaciones y las emociones que había sentido al enfrentarse con la inmensidad del cielo y el océano, y la soledad de sus largas travesías.

Tanto en Nueva Zelanda como en el resto del mundo, la ausencia de Jean Batten no despertó, en principio, ninguna inquietud entre sus familiares y amigos, pues la aviadora tenía la costumbre de viajar y pasar largas temporadas en diferentes países, teniendo una especial preferencia por aquellos lugares cálidos y con mucho sol. Esta fue la circunstancia que daría la primera pista sobre su posible paradero en Mallorca.

Un equipo de periodistas británicos y neozelandeses iniciaron su búsqueda a partir de 1982, fecha en la que se había perdido su pista. La única referencia que se tenía de ella era una carta enviada a lista de correos en la que la aviadora afirmaba que en aquellos momentos se encontraba en un lugar "con mucho sol". La Interpol también se unió a las tareas de búsqueda sin conseguir ningún resultado positivo. Tras ésta desaparición misteriosa se tejieron distintas leyendas; se hallaba recluida en algún convento o lugar apartado llevando una vida anónima, había sido secuestrada... Incluso se planteó la posibilidad de que realmente hubiera desaparecido.

Las investigaciones llevadas a cabo por los reporteros, a las que se sumó la historiadora neozelandesa Ian Mackersey, dieron sus frutos cinco años después, al acceder y revisar los archivos del cementerio de Palma, en cuyo registro aparecía con el número 146 el nombre y la fecha del fallecimiento de la aventurera solitaria, el 14 de noviembre de 1982.

En agosto de 2009 las autoridades municipales de Palma inauguraron en el barrio de La Bonanova una calle dedicada a la memoria de una de las primeras aventureras de la historia de la aviación. La idea partió del embajador de España en Nueva Zelanda, Marcos Gómez, que también estuvo presente en el descubrimiento de la placa conmemorativa que señala la nueva nomenclatura de la vía pública.

En el cementerio palmesano, una placa de cobre que refleja en relieve su atractivo rostro ataviado con un gorro de aeronauta, escoltado por estrellas y aviones en formación, custodian en el más absoluto de los silencios los restos mortales de la gran aviadora neozelandesa: Jean Garden Batten, la Greta Garbo de los Cielos.

FUENTES CONSULTADAS:
*Archivo personal de Teodoro Toro Gómez
*Diario Última Hora
*Diario de Mallorca
*El Mundo, el Día de Baleares




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