viernes, 26 de diciembre de 2014

EL ARMA DE ARTILLERÍA Y MALLORCA

Josep María Osma Bosch

En este presente mes de diciembre, varios cuerpos militares de nuestro país han celebrado sus santas patronas: Infantería, la Inmaculada Concepción, el día 8; el Arma de Aviación, Nuestra Señora de Loreto, el día; y la Artillería, Santa Bárbara, el dia 4, cuerpo de gran raigambre con Mallorca y cuyo nexo con nuestra roqueta tendremos conocimiento a líneas seguidas.

Escudo de la Artillería de Mallorca
(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch)
Fue en el año 1525 cuando se creó la Companya d´Artillers de la Universitat de Regne de Mallorca, aunque documentado está que ya existía, no oficialmente, desde hacía un siglo antes. Esta primitiva unidad militar estaba formada por un capitán, un maestro armero, tres cabos de escuadra, estas jerarquías eran nombradas por los jurats; dos tambores y cien plazas rasas. A partir de 1559, ya con un jefe, perteneciente a la clase nobiliaria, se establece un centro académico propio, cuyos alumnos no percibían haberes y hacían las prácticas en los baluartes de Berard y Puig de Sant Pere. Fue en el 1576, cuando por iniciativa del rey Felipe II se creó la Compañía de Artilleros del Rey para guarnición local y para el resto de destinos; también se emplazó una factoría donde se fabricaron columbrinas, una especie de cañón de tiro corto, y munición para las mismas.

Una vez finalizada la Guerra de Sucesión (1700-1715), entre austriacistas y borbónicos, con triunfo de los últimos, el nuevo soberano español, Felipe V, mediante el Decreto de Nueva Planta, disolvió la Compañía de Artillería sustituyéndola por el Regimiento Real de Artillería de España, que treinta y cinco años más tarde cambia su nombre por el de Compañía Provisional de Artillería de Mallorca. Esta unidad mostró su valía en la recuperación de Menorca, a manos británica, en el 1782, y dos años más tarde en el desembarco de Argel cuyo mando lo ostentaba  el mallorquín y Teniente General de la Armada Antoni Barceló y Pont de la Terra (1717-1987)  con sus innovadoras y temidas lanchas armadas.

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), ante el avance de las tropas francesas por territorio peninsular, en el año 1810, el Real Colegio de Artillería, creado el 16 de mayo de 1764, abandonó su sede en el Alcázar de Segovia para instalarse el 29 de enero de 1811 en el cuartel de Calacorp, en la localidad menorquina de Villacarlos, bajo La dirección del Teniente Coronel José Bergara, dando inicio del curso docente al mes siguiente. El 5 de septiembre de 1812 y hasta el 13 de octubre de 1814 lo hace en Palma, en el Colegio de Montesión, de la Compañía de Jesús, tras las segunda expulsión de esa orden religiosa efectuada, ex centro religioso que en esos momentos era la sede la Universidad Literaria, de la Sociedad de Amigos del País y de la Biblioteca de la Universidad. El colegio artillero albergó a 44 alumnos cadetes, cuyas edades oscilaban entre los 12 y 15 años, contando con un cirujano, cuatro profesores y su director, el coronel Joaquín Ruíz de Porres, a la sazón director de la fábrica de munición de Sa Llonja de la capital balear; en ese periodo de estudios y prácticas, uno de los cadetes, Santiago Montes, falleció, siendo enterrado en la misma iglesia jesuita.

Lápida Montesión
(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch)
Durante este siglo XIX, el arma artillera mallorquina tuvo diferentes denominaciones: Compañía Fija de Mallorca (1802), Brigada Fija de Artillería (1807), Batallón Fijo de Artillería de Mallorca (1859), 5º Regimiento a Pie (1867) y 8º Batallón de Artillería de Plaza (1889). En el 1902, esa unidad se transformó en la Comandancia de Artillería de Mallorca cambiando, de nuevo su denominación en el 1924 por el de Regimiento de Artillería de Mallorca.

Ya entrada la II República,  estando en el cuartel de San Pedro, pasa a denominarse Grupo Mixto de Artillería de Mallorca; en plena Guerra Civil, siendo Regimiento de Artillería de Mallorca, expedicionó con un grupo de montaña y dos baterías a los frentes peninsulares. En esta contienda, el mallorquín y Sargento artillero Fernando Cortés Piña, por su valor demostrado en una acción bélica en el frente de Castellón el 29 de marzo de 1938, en la cual fue alcanzado por la metralla de un proyectil que le arranco una de sus piernas, falleciendo dos días después en el Hospital de Sangre de Alcoriza (Teruel);  por ello,  por O.C. de 5 mayo de 1939 se le concede a título póstumo la Medalla Militar Individual y el ascenso al inmediato empleo superior, el de Brigada.

Una vez finalizada la contienda, lo hallamos como Regimiento de Artillería nº 35 situado en la calle del Mar, y el Grupo de Artillería Antiaérea nº 1 de Son Banya;  y en el 1952 con el ordinal 23 se ubicó en parte en el destacamento del baluarte de San Pedro con dotación de dos Grupos de Campaña.

En el año 1947 se crea el Regimiento de Artillería de Costa, regimiento que hasta su disolución, a igual que el de Son Banya, en el 1965, llegó a tener 25 baterías a lo largo del litoral mallorquín, con  dotación de cañones de diferente calibre, como de 150/40, 150/43, 240/16,  de marcas Schneider Canet, Munaiz Arguelles y Ordoñez, desapareciendo esas baterías en el  1995, entre las cuales cito las de Cala Figuera, Cabo Pinar, Illetes, Enderrocat, Torre d´en Pau, Refeubeitx, Aucanada... También la isla contó con grupos de Artillería Antiaérea que estuvieron situados en Ca´n Pastilla, Muleta, Castillo de San Carlos, Llenaire…, grupos que fueron disueltos en 1965 y que estuvieron dotados con cañones de 88/45, 100/43 y 100/45 de marcas OTO y Krupp

Tras una reorganización, en el 1957, se crea el Regimiento de Artillería Mixto nº 91, conocido popularmente como el RAMIX, esta unidad, considerada la heredera de una de la más antiguas de nuestro país,  estuvo situada en Son Busquets, en la carreteras de Sóller y Valldemossa, y fue dada de baja en la lista de revista del Ejército el 31 de diciembre del año 2008, siendo su último jefe el Coronel Don Isidro Calderón Portilla. En la actualidad, la presencia artillera en Mallorca es totalmente nula.

Permítaseme para concluir este artículo dedicado a la presencia histórica del Arma Artillería en nuestra isla mallorquina, con una breve reseña del tratado de teórica y práctica  para los artilleros de la Universitat del Regne de Mallorca, editado en el año 1640: “ Que cosa es Artilleria?/ Una pessa, moltes pessas ab sos encaualcaments y apareeis, /  Que cosa es Artiller? / Un home, qui enten lo Art de la Artilleria/  Perque es diu Artiller? / Perque un home amb una pessa ab Art tira”.                                                                                                                                                       

martes, 9 de diciembre de 2014

ASALTO AL CALL DE CIUTAT DE MALLORCA, AÑO DE 1391

Josep María Osma Bosch

El pasado 29 de noviembre, tuve el placer de impartir una ruta cultural invitado por la Asociació Cultural Cabrit i Bassa. En dicha ruta, uno de los puntos visitados que más atención causó á los asistentes fue de lo que fue uno de los dos Calls de Ciutat de Mallorca, es decir, el lugar donde nacieron, vivieron y murieron los judíos mallorquines y los que se convirtieron al cristianismo, los conocidos como Xuetes, y lugar donde ocurrieron los trágicos sucesos que acto seguido tendremos conocimiento.

Calle de Montisión
(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch).
Fue en la madrugada del 2 de agosto de 1391 cuando más de 5.000 enfurecidos payeses provenientes de todo el interior de Mallorca, armados con utensilios rurales, traspasaba la puerta de muralla de Sant Antoni y entraba en Ciutat con la intención de tomar la justicia por su mano ante las iniquidades y cargas económicas que eran sometidos por las clases nobiliarias y ciudadanas.

Cuando avanzaban por intramuros, y con muchos ánimos por su parte, hizo acto de presencia el gobernador Francesc Sagarriga con una tropa armada, pero los foráneos, ni cortos ni perezosos, con sed de venganza, arremetieron contra los soldados reales. En un momento del disturbio, Sagarriga, al ver que su caballo estaba herido y muerto el de su lloctinent (lugarteniente) Jaume Llobera, ordenó la retirada a sus fuerzas.

Horas más tarde, los nobles, viendo lo que se les venía encima, ya que los payeses, a los que se les habían unido los menestrals (artesanos) y clases bajas de la ciudad, se dirigían a sus Casals (inmuebles nobiliarios), dijeron que la culpa de sus desgracias las tenían los judíos que con su usura gravaban con tantos por cientos muy elevados de intereses los capitales que se les habían prestado, y los desviaron al Call major, uno de los dos barrios donde vivían los hebreos en Ciutat de Mallorca desde que en el primer año del siglo XIV el rey Jaume II de Mallorca, a instancias del obispo Ponç Desjardí, ordenó trasladarlos desde su emplazamiento que tenían desde la post conquista de Juame I a la Madîna Mayûrqa, es decir, entre las actuales calles Jaume II, la antigua del Segell y Bastaixos y la de Sant Bartomeu, denominada en esos tiempos medievales como Dels Jueus, donde en el actual Banco de España tenían instalada una sinagoga, aunque hay historiadores que opinan que su templo estaba situado a unos cientos de metros en dirección hacia el Pas d´en Quint, ese barrio hebreo fue conocido como el Call Menor. 

(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch).
Esas dos juderías o aljamas fueron de las más importantes de la Corona de Aragón, donde residían y trabajaban médicos, plateros, y expertos cartógrafos como los Cresques, Avraham y Yehuda, padre e hijo. En esa época que tratamos, el Call de Ciutat de Mallorques, según el polifacético Josep Maria Quadrado y Nieto (1819-1896), en su libro La Judería de Mallorca, editado en el año 1886 en el tomo 9 del Boletín de la Real Academia de la Historia“abría por fuera a la parte sur de la puerta de la Calatrava, y al oriente las del Temple y Santa Fe. La línea que partía del Temple lo interior de la ciudad, formaba ángulo con otra que orillaba el convento de Santa Clara, en la plazuela o encrucijada de cinco calles, que retiene el nombre del Call, por estar allí la entrada del recinto, que se cerraba con grandes puertas”; hoy en día, en el lugar donde se hallaban esas puertas de entrada al Call Major citadas anteriormente podemos saber su real emplazamiento gracias a unas marcas metálicas colocadas en el suelo de la vía pública con grafía hebrea como la que adjunto en una de las imágenes que adjunto en esta fotografía y que está situada en la Calle de Sa Pelletería, vía pública donde estaba situada una sinagoga en la casa de un influyente judío llamado Aaron Mani, la cual se hallaba justo en frente del recién desaparecido Forn de Ca´n Miquel, calle que antaño su nomenclatura era de Sa Sinagoga Nova

(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch).
Volvamos a ese 2 de agosto de 1391, donde se escribió una de las páginas más trágicas de la Historia de Mallorca. Estando ya la turba en el Call, al grito de Baptisme o Mort!, asesinaron, arrasaron, violaron y saquearon todo lo que se le venía por delante. Según los historiadores que cronicaron la invasión  que lo catalogan como revolución social, entre ellos el propio Quadrado, nos dicen que fueron 300 los judíos degollados, siendo tres muertos, incluido un niño de corta edad, por parte de los asaltantes; huelga decir que el botín obtenido, entre moneda fraccionaria, enseres domésticos, arte, joyas, pagarés comprometedores…fue incalculable. No contentos con la masacre cometida, también desvalijaron algunas casas de nobles y la propia Univeristat (ayuntamiento).  Ya después, el orden fue restablecido practicándose muchas detenciones, entre las cuales estaban los líderes de la revuelta: Antoni Cigar, conocido como Brou de Pella y Romeu Cifre, ambos fueron sentenciados a muerte, además el rey Joan II de Aragón impuso una fuerte multa general al reino mallorquín.

Transcurrido un tiempo, los judíos que no pudieron huir pero salvaron sus vidas, se convirtieron al cristianismo, recibiendo una compensación de las arcas reales y la protección del rey. Según está documentado, fueron 111 judíos los que fueron bautizados, no sabiendo con precisión los apellidos que adoptaron,  únicamente conoces los que hasta el día de hoy se les tiene por tal y llamados por el vulgo Xuetes: Aguiló, Bonnín, Cortés, Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Piña, Pomar, Segura, Tarongí, Valentí, Valleriola y Valls.

El Call, tras los sucesos que acabamos de tener conocimiento, y debido a la huida de sus moradores, quedó casi desierto. Pocos eran los hijos de Israel, a pesar de los maltratos recibidos, que no se habían convertido. Tanto la monarquía como el Gran i General Consell de Mallorca, dieron el beneplácito para su repoblación con hebreos llegados de Portugal y del norte de África, dándoles derecho a construir una sinagoga y teniendo las mismas obligaciones y derechos de los viejos y cristianos.

Tres siglos después, concretamente en la primeria  semana del mes de agosto de 1691, tras cuatro Auto de Fe, eran quemados en las inmediaciones de la actual Plaza Gomila, xuetes, hombres y mujeres, acusados de profesar clandestinamente la religión de sus antepasados e intentar evadirse de Mallorca; para saber sobre esta otra página negra de nuestra Historia, ver mi artículo en este mismo Blog Los cuatro Autos de Fe del año 1691, sábado, 12 de julio de 2014.