domingo, 18 de enero de 2015

LA ELEGIDA (XI)

Joana Joy

Todos los hermanos convocados ya tenían la tercera rosa roja; había llegado el día. En esta ocasión, Mortitx era el lugar escogido por los hermanos, especial y emblemático sin ninguna duda para los Caballeros de la Orden de la Perla Negra.

Magda había pensado que lo mejor sería marcharse a primera hora de ésa misma tarde, así nadie, empezando por su querido tío sospecharía nada de lo planes que tenía para ése día diecinueve de enero. Andaban demasiado ocupados todos, como para estar pendientes de ella. Sólo Bernat. Él mismo fue quien le dio la idea. 

Nada más llegar al hotel donde después del Capítulo pasaría unos días de tranquilidad, dejó la maleta, se dio un baño relajante, se puso ropa cómoda y salió a pasear por el pueblo. El tono rojo brillante azulado que inundaba las montañas con una explosión de rojos, rosas y naranjas eran un regalo único que ofrecía en aquél atardecer la naturaleza del lugar. Había llegado el momento, Bernat ya lo tenía todo preparado y a punto.

-Mi querida niña Magda, ¿estás nerviosa?
-No Bernat, sólo ansiosa por ver y saber. Ya me conoces, soy un ratoncito de biblioteca que siempre está buscando y averiguando todo lo que puede y más.
-Lo sé, niña Magda. A veces, incluso demasiado.
-No me riñas Bernat, sabes que estoy feliz por lo de esta noche. Prometo portarme bien y seguir al pie de la letra todas tus indicaciones.
-Eso espero, sabes que me estoy jugando mucho dejándote hacer esto.
-Lo sé. Pero quédate tranquilo, todo saldrá bien.

Mientras, en el refectorio los hermanos iban entrando y ocupando su lugar en la mesa. Había llegado el momento, y la hora de servir la cena; Magda se puso la capucha para evitar que nadie la reconociera y con mucho temple, sigilo y prudencia comenzó a servir en los cuencos la deliciosa sopa de ajo que había preparado el hermano Bernat para la ocasión.

Los hermanos presentes iban vestidos con el hábito propio de la orden y a cara descubierta. Presidía la mesa el Hermano Mayor y a su derecha, el segundo de más rango dentro de la orden, su tío Joan. También estaba presente el hermano Michel, al resto, los conocía de vista, ya que no solía tratar mucho con ellos. -¿pero quién era el que estaba sentado al lado de su tío? Nunca lo había visto, aún así su figura le resultaba familiar. Pálida se quedó al reconocer su rostro mientras servía a otro de los hermanos. -¡no puede ser, no puede ser, es él, Fernando! ¿Pero qué hace aquí, y vestido como un hermano más? –Bernat le daría la respuesta.

-Mi niña Magda, ¿qué te pasa con esa cara? Parece como si hubieses visto un fantasma.
-Bernat ¿quién es el hombre que está sentado al lado de mi tío, cómo se llama?
-Su nombre real no puedo decírtelo, pero dentro de la orden es conocido como Fernando. Hasta aquí puedo decirte, así que, no me preguntes más. No voy a contestar. –le dijo todo serio.
-Bien. Ya bastante te estás arriesgando por mí. –Magda sabía lo que se estaba jugando el bueno de Bernat por darle el capricho a ella. Después de la cena, acudieron todos al lugar donde se oficiaría el Capítulo, incluído el hermano BernatYa todos colocados en el lugar asignado para cada uno de ellos, el Hermano Mayor comenzó a hablar.

-Buenas noches a todos y gracias por asistir. Antes de entrar de lleno en el orden del día, y como siempre, pasamos a votar el Acta del Capítulo anterior.-después de que todos asintieran y aprobaran por unanimidad la misma, el Hermano Mayor pasó a decir los puntos a tratar. El primero era el nombramiento de Joan de Guillart como nuevo Hermano Mayor de la Orden, ya que el actual había decidido dejar el cargo por motivos de salud y a la vez el otorgamiento de grado a otro de los hermanos por su éxito en la última misión asignada.

-Mi querida niña Magda, desde aquí podrás ver y escuchar todo lo que se hablará durante el Capítulo. No te muevas, en noches como esta, la seguridad está controlada al segundo. Un simple movimiento, y ya está. ¿Entiendes? –le dijo en tono serio a la vez que ceremonioso.-debo dejarte, y recuerda todo lo que te he dicho. Magda estaba feliz por estar allí, se sentía orgullosa por el nuevo nombramiento de su querido tío Joancomo nuevo Hermano Mayor y a la vez, inquieta. Se preguntaba quién era realmente Fernando para no sólo estar allí, si no también estar sentado a la derecha de su tío. Estaba claro que ése no era el momento de averiguarlo; ya tendría tiempo de hacerlo.

Mientras estaba con sus pensamientos, el Hermano Mayor saliente nombraba el segundo y último punto del orden del día a tratar: -y ahora paso a entregar la segunda perla negra, como reconocimiento al esfuerzo y falta de temeridad ante las pruebas y trabajos asignados, a nuestro hermano Fernando.-en ése mismo momento, al ver Magda la pulsera de cuero negro con dos perlas negras que se le entregaba al interesado, recordó que ella tenía otra igual, guardada con celo y mucho cariño en una bella caja de madera en forma de rosa que mandó a tallar su añorado padre especialmente para ella. -llegado el día,
deberás llevarla para completar tu ciclo. Para ello deberás pasar una última y difícil prueba. Pero ahora, guárdala. No la necesitas, ahora no.

-Ha llegado el momento mi querida niña, pero aún así debes seguir buscando, te faltan cosas por descubrir y saber. Ahora vete, ya has visto y conocido todo lo que necesitabas ver y saber. Sigue el camino que el bueno de Bernat te ha indicado anteriormente para salir de aquí sin ser vista.
-Papá, ¿estás aquí?
-Sí, mi querida Magda. Siempre lo estoy, te lo prometí el día que me marché. ¿Ya lo has olvidado?
-Nunca. Sé que siempre estás conmigo. Hacía tiempo que no te notaba.
-Lo sé. Pero eso no significa que no esté contigo. Anda, sal de aquí y regresa al hotel. El Capítulo está a punto de acabar. Y no te preocupes por el hombre que has visto esta noche, algún día sabrás quien es él realmente. Sólo quiero que esta noche cuando te encuentres en la tranquilidad de tu habitación de hotel, escuches a tu corazón, allí encontrarás muchas de las respuestas que ahora y con tanta ansia, buscas.

Ya en el hotel, cenó algo ligero y subió a la habitación. Necesitaba estar sola para poner en orden todo lo que había visto y vivido aquella noche.
-Hazle caso a tu padre, escucha tu corazón; él te guiará. -le dijo aquella voz dulce que ya empezaba a reconocer cada vez que le hablaba. -busca niña, todas las respuestas están en ti. Magda recordó en ése momento un sueño que tuvo cuando era una niña. El mismo transcurría en el salón de un gran palacio donde estaba su padre; él siempre fue un hombre muy elegante y apuesto, era alto, moreno, de negro azabache sus cabellos y de ojos grandes y mirada penetrante y a la vez, dulce. Tal y como ella lo recordaba. En el mismo llevaba un traje gris perla y sus brazos estaban abiertos, invitándola a que se acercara a él. Magda toda contenta salió corriendo hacia su padre, quien la cogió en brazos y en ése mismo instante, ella se da cuenta de la presencia de otro hombre quien también iba de traje; era tan alto y apuesto como su padre, de cabellos rubios y ojos negros.
-Yo no. Él. –le dijo su padre mientras hacía ademán para que aquél hombre rubio la cogiera en brazos, cosa que Magda no aceptó y como pudo se soltó de los brazos de su padre y salió corriendo hacia una puerta que llevaba al jardín.
-No lo acepto. Te quiero a ti. –se repetía Magda una y otra vez, llorando de rabia e impotencia, al tiempo que no dejaba de correr hasta que llegó a un centenario arbusto donde se paró, cobijándose a sus pies. A las pocas semanas, su padre falleció.
-¿Entiendes ahora el significado de ésa visión que tuviste a través de un sueño? Magda, mi querida niña, aquel hombre que rechazaste era y es tu Destino. Tu padre sabía que le quedaba poco tiempo de vida y no quería dejarte sola. Te conocía bien, y no le extrañó tu reacción. A él le dolió mucho más que a ti tener que marcharse.
-Lo sé. Empiezo a atar cabos y entender muchas cosas… encuentro casual en una cafetería de la Plaza España de Palma, el verle de nuevo en Escocia
-¿Vas entendiendo mi querida niña? No tocaba que hoy le vieras y mucho menos donde le has visto. Pero sabes muy bien como canalizar toda la información que vas obteniendo Y con ésta, también lo harás. Él, al igual que tu padre, lleva toda la vida pendiente de ti y protegiéndote. Cada uno en su plano. MagdaFernando es tu Destino, el hombre al que amas y el mismo que te protege y cuida, como así quedó escrito, firmado y sellado aquel día tantas veces recordado de un mes de mayo, de hace ya muchos años.


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