Josep María Osma Bosch
Ramon Llull, latinizado Raimundo
Lulio, conocido en la Historia como el
Doctor Iluminatis, nació en Ciutat de Mallorques en el año 1232, siendo hijo
unigétido del también llamado Ramon Lllull, uno de los caballeros que
acompañaron al rey Jaume I en la conquista producida tres años antes de la almohade Mayûrqa, y de
Anna Herill, matrimonio perteneciente a la más alta nobleza catalana. Hoy en
día, en una de las arcadas de la plaza Major de Palma, se puede observar una
lápida, costeada en el 1888 por la Societat Arqueològica Lul-liana
inmortalizando el lugar donde el futuro mallorquín más universal, franciscano,
místico, filósofo, cabalista y escritor, vino al mundo terrenal.
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Lápida casa natal de Ramón Llull, en la Plaza Major de Palma (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch) |
Siendo adolescente, entró a
servir como paje del rey Jaume I. Poco a poco fue ascendido en oficios
palatinos hasta ser nombrado senescal del futuro Jaume II de Mallorques, hijo
del Conqueridor y primer monarca de la dinastía privativa mallorquina. Este
cargo le valió ganar poder, influencia, lujuria y a pesar de haber matrimoniado
con Blanca Picany, dama de alta cuna barcelonesa, con la que tendría dos hijos,
Domenec y Magdalena, se le tenía por famoso mujeriego.
Hay varias leyendas sobre las que
se dicen que fueron las causantes de su conversión radical que le hicieron
renunciar esa vida mundana y de placeres y abandonar a su familia para
dedicarse al misticismo y la contemplación. De esas leyendas, la que parece más
conocida, aunque no más creíble, es la que al solicitar los amores de una mujer
casada y ella rechazarlos, un día la persiguió a caballo por la calle, y ella,
al verse acosada, se refugió en la iglesia de Santa Eulàlia de Ciutat de
Mallorques. Llull, sin apearse de su equino, entró en el templo; la mujer, sin
apenas aliento, al mismo tiempo que descubría sus pechos cancerosos, le dijo: “Mira lo que amas. ¿Esto es lo qué
buscas?”. Otra de ellas es la aparición que sufrió del Cristo Crucificado y la
de después de escuchar un sermón platicado por el obispo de la diócesis de
Mallorca sobre San Francisco de Asís.
En año 1263 vende sus
propiedades y abandona a su familia,
dejándola en notable situación económica e inicia un periodo eremítico y
espiritual en el monte mallorquín de Randa, compaginado estudios de latín,
gramática y filosofía cristiana y coránica en el monasterio cisternience de la
Real, de Ciutat de Mallorques. Tras ser ordenado fraile franciscano, realiza
visitas a Montserrat, Santiago de Compostela y a Montpellier, ciudad natal del
rey Jaume I, donde se prepara para su futuro literato y misional.
En el 1276, bajo el mecenazgo de
la Casa real mallorquina y la aprobación del papa Juan XXII, funda en Miramar,
en unos terrenos cedidos por el propio monarca mallorquín, entre las
localidades mallorquinas de Valldemossa y Deià, la Escola de LLengües Oriental,
centro pedagógico para la formación de frailes menores seráficos para la
predicación de la fe cristiana en tierras islámicas, siendo los primeros
discípulos Bernardo Folch y Simón de Corna. Este centro del saber fue aprobado
por el papa Juan XXI el 16 de noviembre
de ese mismo año.
Años más tarde, en el 1285, el
papa Honorio IV (1285-1287) le nombra instructor de filosofía en la Universidad
de París, cargo docente que abandona más tarde con la excusa de predicar por el
norte de África, Asia Menor, Mediterráneo Oriental y territorios de influencia
árabe, países islamitas donde mantuvo disputas dialécticas con eruditos
mahometanos, por ello fue deportado teniendo que pedir asilo en Nápoles.
Después realizó visitas a las más importantes cortes europeas: Aragón, Roma, París,
Roma, Génova, Inglaterra, Austria, regresando a Mallorca en el 1300.
En 1302, estando Llull de viaje
por la zona occidental de la actual
Europa, sufre unas fuertes fiebres que le hacen desembarcar en Chipre,
isla donde se hallaban los templarios tras la caída del Santo Sepulcro. En la
ciudad chipriota de Limassol es albergado por Jacques de Molay, donde pasaría
una buena temporada haciendo cosecha de buena amistad con el último Gran
Maestre Templario, al que dedicó una de sus más conocidas obras: "El amic i
amat". Estos dos personajes ya se conocían de forma indirecta unos años antes
cuando el seráfico mallorquín, a la sazón ya era un hombre muy influyente, con
el fin de recuperar Tierra Santa, ideó el Proyecto Rex Bellator, un plan para
unificar las órdenes militares, es decir, los Teutónicos, Hospitalarios, Temple
y otras pequeñas existente en la Península Ibérica, bajo el mandato de un
monarca único y que fuera soltero o viudo, aunque el proyecto, en primera
instancia fue aprobado por Bonifacio
VIII, no se hizo efectivo, ya que en la corte papal vieron un potencial peligro
contra la Iglesia. Para saber más sobre ese proyecto, remito a los lectores al
excelente y extenso artículo publicado en este Blog, domingo, 9 de marzo de
este presente año "Ramon Llull y la operación “Rex Bellator”, cuyo autor es
nuestro entrañable amigo José María
Ibáñez.
Siete años más tarde, realizó un
nuevo viaje evangélico a Bujía, en Túnez. En esta ocasión fue encarcelado medio
año y extraditado; la mala fortuna hizo que su embarcación naufragara y
refugiarse en Pisa. Luego viajó a Genova, corte papal en Avignon. En el 1311
asiste al Concilio Ecuménico de Vienne donde vio aprobada su solicitud de
impartir enseñanza a estudiantes de misioneros de hebreo, árabe y caldeo en las
principales universidades europeas como Oxford, Bolonia, Salamanca y Paris; en
ese mismo concilio votó a favor del traspaso de los bienes de la abolida Orden
del Temple a su homónima, la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén,
trasferencia que se hizo efectiva mediante la bula "Ad providam" emitida por el
papa Clemente V ( 1305-1314) . Dos años después de nuevo pasa a residir en París y regresa a Mallorca
en el 1313.
El 30 de junio del año 1315,
estando de nuevo Llull predicando en Bujía, fue apedreado por una multitud
enardecida dejándolo herido de muerte a las afueras de la ciudad. Unos
marineros genoveses lo reconocieron y lo trasladaron a su barco para
transpórtarlo a su isla, pero, según tradición, el infatigable predicador, al ver
las costas de Mallorca expiró. Sus restos mortales tenían que ser inhumados en
el panteón familiar de los Llull en la parroquia de Santa Eulàlia, pero, debido
a su orden religiosa, fueron sepultados en
la sacristía de la iglesia conventual de Sant Francesc, basílica titular de
los Terciarios Franciscanos Regulares, de la cual perteneció en vida donde se
salvaron de un incendio.
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Sepulcro de Ramón Llull (Iglesia de Sant Francesc) (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch) |
El 23 de octubre de 1487,en un acto solemne, sus
restos óseos se inhumaron en un sepulcro
de estilo gótico de alabastro diseñado por Pere Joan Llobet y realizado por
Francesc Sagrera y costeado por los Jurados de la Ciutat y Regne de Mallorques;
en este monumento funerario destacan la estatua yaciente de nuestro mallorquín
más universal escoltada por dos ángeles, un conjunto de hornacinas vacías que tenían que albergar esculturas
escenificando las siete artes liberales: El Trívium ( Dialéctica, Retórica y
Gramática) el Quadrivium ( Astronomía, geometría, Aritmética y Música), en la
base de una de ellas, se puede ver un personaje cubierto en su cabeza con una
especie de birrete sosteniendo en sus manos tres elementos de la Geometría, es
decir, el triangulo, el círculo y el cuadrado; otro personaje similar sostiene
números representando a la Aritmética. Este sepulcro, en el año 1774, tuvo que
ser protegido con guardias armadas del Capitán General para prevenir
potenciales actos vandálicos de turbas a sueldo del obispo Juan Díaz de la
Guerra, un prelado anti lulista que ordenó eliminar de los templos mallorquines
el culto a nuestro personaje biografiado, el cual había sido declarado por el
vulgo como beato, aunque, de forma oficial por Roma, el proceso de su
canonización había sido abierto en el siglo anterior, concretamente en 1612,
siendo declarado Beato por el Papa Pío XI en 1847, declarando su festividad el
27 de noviembre.
La iconografía artística dedicada
a Llull en Mallorca es inmensa, y relacionarla en este artículo llenaría hojas
y hojas en el mismo, así que, sin ánimos de menospreciar a las del interior de
la isla, e incluso fuera de la misma, citaré, y a modo de simple ejemplo,
algunas existentes en la capital balear.
Iglesia parroquial de Sant Miquel, a la izquierda del portal mayor vemos
una estatua obra de Pere de Santjoan en 1398; en el interior del templo, en la
parte del evangelio, varias pinturas representando etapas de su vida. Plaza
Major, a la derecha entrando por la calle de Sant Miquel, en uno de sus arcos
existe una lápida erigida en 1888 por la Societat Arqueològica Lul•liana con la
inscripción: T RA“EN AQUEST LLOC ESTAVA SEGONS LA TRADICIÓ LA CASA NATALICIA DEL SAVI I BENAVENTURAT RAMON LLULL“. Ayuntamiento, dos grandes cuadros, uno es
sobre su entierro, obra de Bartomeu Bestard en el siglo XVII, otro
representando su figura, obra de Ricardo Anckerman en el siglo XX. Esquina
Plaza Santa Eulàlia con la calle homónima, una capillita donde está
representado junto a Santa Catalina Tomàs y San Alonso Rodríguez. Iglesia
conventual de San Francisco de Asís, además de su sepulcro comentado
anteriormente, a la izquierda del portal principal hay una descomunal estatua.
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Escultura de Ramón Llull (Paseo de la Sagrera) (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch) |
En el acceso de la Sapiència, plaza de San Jerónimo, hay un rosetón
representando la leyenda de la mata escrita; en el claustro se ve una estatua
realizada en 1929. Museo de Mallorca, calle de Sa Portella, un mascarón del
navío “Lulio”, obra de Ricardo Anckerman, y dos tablas pictóricas, obras del
siglo XVI de autoría de Rafel Móger y de Joan Desí. Catedral, en el portal
mayor, una estatua realizada en 1878 por Guillem Galmés; en el interior, en la
capilla de la Purísima Concepción, en la parte del Evangelio, un cuadro obra de Guillem Mesquida en el siglo XVIII,
de ese mismo siglo es una estatua venerada en la capilla siguiente realizada
por Joan Muntaner. Monasterio de la Real, en el claustro hay una estatua
realizada en 1952 por Andreu Orell Salvà. Paseo Sagrera, estatua en bronce
realizada por Horacio de Eguía en 1966. Instituto Ramon Llull, una estatua en
el patio…
En el año 1985, un equipo de
doctores en medicina, bajo la dirección del Dr. José María Rodríguez Tejerina,
de la Real Academia de la Medicina y Cirugía de Baleares, procedió a analizar
los restos mortales de Llull. Los resultados de la investigación fueron que era
un hombre que medía 175 cm, algo anormal en una persona que vivió en esos
tiempos medievales, de fuerte constitución corporal, con una capacidad craneal
de 1730 cm. cúbicos, y lo más interesante, presentaba una sola herida en su
cuerpo, y además cicatrizada, siendo de esta forma, y respetando las creencias
sobre su martirio, según el equipo médico su muerte no fue a causa de una
lapidación.
Su obra literaria, de carácter
alquímico, filosófico, místico, filosófico, científico, jurídico, apologético,
cabalístico y esotérico, escrita en lemosín, árabe y hebreo, cuenta con varios
centenares de títulos, entre los que se pueden destacar: Ars Magna, Felix o el
llibre de les maravilles, Experimenta, Ars
Universalis, Doctrina pueril, Llibre d´el Amic e Amat, Vida Coetanea,
Testamentus Novissimun, Llibre d´Evast e Blanquerna, L´arbre de filosophia
d´amor, Llibre del ordre de Cavalleria, L´art amativa, Locutione angelorum,
Arbre Imperial…
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