El pasado 29 de noviembre, tuve
el placer de impartir una ruta cultural invitado por la Asociació Cultural
Cabrit i Bassa. En dicha ruta, uno de los puntos visitados que más atención
causó á los asistentes fue de lo que fue uno de los dos Calls de Ciutat de
Mallorca, es decir, el lugar donde nacieron, vivieron y murieron los judíos
mallorquines y los que se convirtieron al cristianismo, los conocidos como
Xuetes, y lugar donde ocurrieron los trágicos sucesos que acto seguido
tendremos conocimiento.
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Calle de Montisión (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch). |
Fue en la madrugada del 2 de agosto de 1391
cuando más de 5.000 enfurecidos payeses provenientes de todo el interior de
Mallorca, armados con utensilios rurales, traspasaba la puerta de muralla de
Sant Antoni y entraba en Ciutat con la intención de tomar la justicia por su
mano ante las iniquidades y cargas económicas que eran sometidos por las clases
nobiliarias y ciudadanas.
Cuando avanzaban por intramuros,
y con muchos ánimos por su parte, hizo acto de presencia el gobernador Francesc
Sagarriga con una tropa armada, pero los foráneos, ni cortos ni perezosos, con
sed de venganza, arremetieron contra los soldados reales. En un momento del
disturbio, Sagarriga, al ver que su caballo estaba herido y muerto el de su
lloctinent (lugarteniente) Jaume Llobera, ordenó la retirada a sus fuerzas.
Horas más tarde, los nobles,
viendo lo que se les venía encima, ya que los payeses, a los que se les habían
unido los menestrals (artesanos) y clases bajas de la ciudad, se dirigían a sus
Casals (inmuebles nobiliarios), dijeron que la culpa de sus desgracias las
tenían los judíos que con su usura gravaban con tantos por cientos muy elevados
de intereses los capitales que se les habían prestado, y los desviaron al Call
major, uno de los dos barrios donde vivían los hebreos en Ciutat de Mallorca
desde que en el primer año del siglo XIV el rey Jaume II de Mallorca, a
instancias del obispo Ponç Desjardí, ordenó trasladarlos desde su emplazamiento
que tenían desde la post conquista de Juame I a la Madîna Mayûrqa, es decir,
entre las actuales calles Jaume II, la antigua del Segell y Bastaixos y la de
Sant Bartomeu, denominada en esos tiempos medievales como Dels Jueus, donde en
el actual Banco de España tenían instalada una sinagoga, aunque hay
historiadores que opinan que su templo estaba situado a unos cientos de metros
en dirección hacia el Pas d´en Quint, ese barrio hebreo fue conocido como el
Call Menor.
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(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch). |
Esas dos juderías o aljamas fueron de las más importantes de la
Corona de Aragón, donde residían y trabajaban médicos, plateros, y expertos
cartógrafos como los Cresques, Avraham y Yehuda, padre e hijo. En esa época que
tratamos, el Call de Ciutat de Mallorques, según el polifacético Josep Maria
Quadrado y Nieto (1819-1896), en su libro La Judería de Mallorca, editado en el
año 1886 en el tomo 9 del Boletín de la Real Academia de la Historia, “abría por fuera a la parte sur de la puerta
de la Calatrava, y al oriente las del Temple y Santa Fe. La línea que partía
del Temple lo interior de la ciudad, formaba ángulo con otra que orillaba el
convento de Santa Clara, en la plazuela o encrucijada de cinco calles, que
retiene el nombre del Call, por estar allí la entrada del recinto, que se
cerraba con grandes puertas”; hoy en día, en el lugar donde se hallaban esas
puertas de entrada al Call Major citadas anteriormente podemos saber su real
emplazamiento gracias a unas marcas metálicas colocadas en el suelo de la vía
pública con grafía hebrea como la que adjunto en una de las imágenes que
adjunto en esta fotografía y que está situada en la Calle de Sa Pelletería, vía
pública donde estaba situada una sinagoga en la casa de un influyente judío
llamado Aaron Mani, la cual se hallaba justo en frente del recién desaparecido
Forn de Ca´n Miquel, calle que antaño su nomenclatura era de Sa Sinagoga Nova.
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(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch). |
Volvamos a ese 2 de agosto de
1391, donde se escribió una de las páginas más trágicas de la Historia de
Mallorca. Estando ya la turba en el Call, al grito de Baptisme o Mort!,
asesinaron, arrasaron, violaron y saquearon todo lo que se le venía por
delante. Según los historiadores que cronicaron la invasión que lo catalogan como revolución social,
entre ellos el propio Quadrado, nos dicen que fueron 300 los judíos degollados,
siendo tres muertos, incluido un niño de corta edad, por parte de los asaltantes;
huelga decir que el botín obtenido, entre moneda fraccionaria, enseres
domésticos, arte, joyas, pagarés comprometedores…fue incalculable. No contentos
con la masacre cometida, también desvalijaron algunas casas de nobles y la
propia Univeristat (ayuntamiento). Ya
después, el orden fue restablecido practicándose muchas detenciones, entre las
cuales estaban los líderes de la revuelta: Antoni Cigar, conocido como Brou de
Pella y Romeu Cifre, ambos fueron sentenciados a muerte, además el rey Joan II
de Aragón impuso una fuerte multa general al reino mallorquín.
Transcurrido un tiempo, los
judíos que no pudieron huir pero salvaron sus vidas, se convirtieron al
cristianismo, recibiendo una compensación de las arcas reales y la protección
del rey. Según está documentado, fueron 111 judíos los que fueron bautizados,
no sabiendo con precisión los apellidos que adoptaron, únicamente conoces los que hasta el día de
hoy se les tiene por tal y llamados por el vulgo Xuetes: Aguiló, Bonnín,
Cortés, Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Piña, Pomar, Segura, Tarongí,
Valentí, Valleriola y Valls.
El Call, tras los sucesos que
acabamos de tener conocimiento, y debido a la huida de sus moradores, quedó
casi desierto. Pocos eran los hijos de Israel, a pesar de los maltratos
recibidos, que no se habían convertido. Tanto la monarquía como el Gran i General
Consell de Mallorca, dieron el beneplácito para su repoblación con hebreos
llegados de Portugal y del norte de África, dándoles derecho a construir una
sinagoga y teniendo las mismas obligaciones y derechos de los viejos y
cristianos.
Tres siglos después,
concretamente en la primeria semana del
mes de agosto de 1691, tras cuatro Auto de Fe, eran quemados en las inmediaciones de la actual Plaza Gomila, xuetes, hombres y mujeres, acusados de profesar
clandestinamente la religión de sus antepasados e intentar evadirse de
Mallorca; para saber sobre esta otra página negra de nuestra Historia, ver mi
artículo en este mismo Blog Los cuatro Autos de Fe del año 1691, sábado, 12 de
julio de 2014.
Muy poca gente residente y nacida en Palma sabe algo de esta historia. De vez en cuando, a grandes rasgos, intento explicarla alguien, normalmente invitados peninsulares, que se han interesado por conocer el barrio medieval. A los mallorquines poco les suele interesar nuestra propia historia.
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