Josep María Osma Bosch
El 6 de febrero de 1521, Miquel
de Gurrea, a la sazón virrey del Reino de Mallorca, que curiosamente no podía
ejercer dicho cargo por un decreto firmado en 1344 por el rey Pedro IV de
Aragón, por el cual ningún hombre nacido
en el Rosselló de la Cerdanya no podía
ejercer ningún cargo oficial en el Reino de Mallorca, teniendo conocimiento que
en Ciutat se celebraban reuniones clandestinas de menestrals (artesanos),
detuvo y encarceló a siete de ellos: Joan Crespí, peraire (preparador de lana);
Pasqual Rosselló, Joanot Odom y Francesc Odom Colom, hermanos, boneters
(bonetero); Rafel Ripoll, capeller (sombrerero); Guillem Vic, espasser (espadero) y a Pere Bagur, sabater (zapatero).
El motivo de la acusación era que
los encarcelados estaban fraguando un levantamiento popular a semejanza de los
de Catalunya, Valencia y los llamados comuneros de Castilla, en protesta por los privilegios de la clase
nobiliaria, el pago de fuertes impuestos al Estado que abonaban los menestrals,
la subida incontrolada de los precios de las materias primas que usaban para la
fabricación de sus productos, la elevada carestía de los alimentos de primera
necesidad, la extinción de la Deuda
Pública... Al día siguiente de la detención, una gran multitud de gentío se
congregó delante de la cárcel real pidiendo a gritos la puesta en libertad de
los siete menestrals; el virrey Gurrea, ante la impotencia de sus guardias para
sofocar a esa manifestación, no le quedó otra opción de abrirles las puertas de
sus celdas. Una vez en la calle, y entre
vítores, Joan Crespí fue nombrado por el pueblo llano caudillo e Instador de la
Germanía de Mallorca, nombre que se deriva de la palabra germà, es decir, hermano en mallorquín. Por su parte el virrey
Gurrea, al asumir su fracaso, partió hacia Eivissa y sustituido en su cargo.
Joanot Colom (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch) |
Una semana después de ese
acontecimiento, Joanot Colom junto al notario Miquel Nebot y otros menestrals,
fue comisionado por Joan Crespí para ir a Valencia y conocer de primera mano la
organización de esa Germanía, la cual tenía permiso del emperador Carlos, y
después acudir a la Corte para obtener la legalidad de la germanía de Mallorca.
El día 23 de septiembre de ese
mismo año, en uno de los dos claustros de La Real Basílica de San Francisco de
Asís de Ciutat de Mallorca, una
representación de la Germanía mallorquina cuestionó el liderazgo de Joan Crespí
relegándole de su cargo y eligiendo a nuestro biografiado, uno de los elementos
del ala más radical de los sublevados contra Carlos I; por su parte, Joan
Crespí fue encarcelado en la Torre del Ángel de Palacio de la Almudaina siendo
asesinado días después por Francesc Odom Colom, hermano de Joanot. Nuestro
personaje fue elegido nuevo caudillo de los agermanats, el cual hizo varios
cambios en la estructura de la organización, como la supresión de la Junta dels
Tretze, órgano colegiado democrático creado por Crespí durante su corto mandato
y con ello asumió la potestad de tener el control en la elecciones cargos
públicos y en algunos casos nombrarlos él mismo; abolió impuestos indirectos
sobre artículos de primera necesidad; exigió que se impusiese la sentencia
arbitral del rey Fernando el Católico firmada en 1512, sentencia que aplicaba
la estimación de todo el mundo, tanto la parte de la ciudad como la foránea,
contribuyeran al tesoro de la nación en proporción a sus patrimonios e
ingresos, es decir, como actualmente es la Declaración de la Renta…Todas esas
nuevas disposiciones fueron aceptadas en toda la isla a excepción de Alcúdia,
villa fuertemente fortificada donde se asilaron familias nobiliarias,
eclesiásticas y mercaderes insulares contrarios a la Germanía.
Ante esa negativa de los
habitantes de Alcúdia, Colom organizó un
gran ejército compuesto por menestrals y payeses, bien pertrechado en armamento
y logística, compuesto por 6.000 peones, 400 hombres a caballo y cuatro piezas
de artillería de grueso calibre, poniendo sitio a la villa y exigiéndoles que
aceptaran el nuevo orden impuesto agermanado, condiciones que no fueron
aceptadas por los sitiados, los cuales empezaron a sufrir bombardeos diurnos y
nocturnos sin cesar. A pesar de estar la villa sitiada, sus habitantes hicieron
algunas incursiones en los campamentos de los agermanados produciéndoles
muertos heridos y sustracción de víveres y material bélico.
En los primeros
días de octubre de 1522, tras una negociación fallida entre los sitiadores y
Francesc Ubach, representante del emperador Carlos I, una potente escuadra
naval con 12.000 hombres a bordo, y al mando del ex virrey Miquel de Gurrea y
el almirante Juan de Velasco, desembarcaban en el puerto de Alcúdia, haciendo
que los agermanados levantaran el sitio e iniciando la retirada hacia la
capital del reino. Años después, el emperador Carlos I concedía a Alcúdia el
título de Ciudad Fidelísima pudiendo ostentar en su escudo el águila bicéfala,
signo heráldico suyo.
Tras varios contactos entre ambos ejércitos, el 3 de
noviembre se enfrentaron en batalla en Son Fornnari, en el término municipal de
Sa Pobla, en la cual hubo unas 2.000
bajas mortales e innumerables heridos por ambas partes; en ese lugar, y
para recordar ese sangriento día, el 3 de noviembre de 2012 se inauguró un
monolito de 1.200 kg. que sustituye a otro inaugurado a principios del siglo
pasado y que había desaparecido. Otros hechos importantes de esa contienda
fueron el saqueo por parte de las tropas imperiales en Pollença, donde dieron
muerte a 200 personas quemándolas dentro de una iglesia; la batalla del Rafal
Garcés, entre Inca, Sencelles y Binissalem, donde Miquel de Gurrea venció a una
columna de agermanados causándoles medio millar de muertos y ahorcando a 110
supervivientes. Tras esas contiendas, las tropas diezmadas de Colom, con él a
la cabeza, pudieron entrar en Ciutat.
Ciutat de Mallorca, último
reducto de los agermanados, capituló frente a las tropas imperiales el 7 de
marzo de 1523. El virrey Miquel de
Gurrea encarceló a Joanot Colom y a sus principales correligionarios en el
castillo de Bellver; mientras ordenó levantar infinidad de horcas en varios
puntos de la ciudad como de la parte foránea: la misma fortaleza de Bellver,
Portixol, Porto Pi, el monasterio de la Real, Inca, Binissalem, Campos, Sa
Pobla, Sóller, Manacor, Felanitx, Muro, Porreres, Artà, Petra... Tres meses
después de la capitulación de los sublevados, concretamente el 7 de junio, se
dictó y se ejecutó la sentencia a muerte contra Joanot Colom: "que lo dit
Joanot Colom sia aportat per los llocs acostumats de la present Ciutat de
Mallorca en un carro, sobre lo qual sia atenallat, sia degollat per lo coll
devant la Porta Pintada, escorterat y
los cortons sian posats a certs pilars fahedors los quals se han de anumerar
los pilars de Colom, en lo cap de
aquells, ab una llanterna de ferro, sia a la Porta Pintada, disminuit-lo a ell y a la sua progenie fins a
la quarta generació, fahent-los inhabils per qualsevol ofici y honors y las
casas de ell sian derrocades e sembrades de sal e los bens confiscats a la
regia Cort".
Varios ha sido los historiadores
locales que han tratado a la Germanía mallorquina y a Joanot Colom, el cual, en
algunos casos se le ha exaltado, como Antoni Furió i Sastre (1798-1853) que en el discurso que
pronunció cuando el líder agermanat fue proclamado Hijo Ilustre de Palma de
Mallorca y colocar su retrato en el salón de sesiones del consistorio, a pesar
de haber nacido en Felanitx: "era sino un gran héroe, el sostenedor de la
libertad mallorquina"; en cambio Josep Maria Quadrado i Nieto (1810-1896)
lo detrae: "un gran criminal, que dio muerte a dos mil personas, entre los
homicidios perpetrados por su cuadrilla de doscientos hombres, y los que en las batallas que dio lugar el
alzamiento".
El 7 de febrero de 1865, el
Ayuntamiento de Palma acordó dar el nombre de Joanot Colom a la nueva calle que
enlazaba las plazas de Cort con la de Abastos (Major), calle, que
curiosamente en 1892, con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de
América cambió su rotulación por la de Colón trasladando la del agermanado a la
actual plaza de España, lugar donde estuvo su cráneo dentro de una jaula de
hierro hasta bien entrado el siglo XIX; actualmente esa vía pública colindante
con el consistorio palmesano ha recuperado su primigenia nomenclatura.
Monumento a Joanot Colom de Jaume Mir. (Foto: Archivo de Josep María Osma Bosch) |
A la altura del número 58 del
palmesano Camí de Son Gotleu, entre dos centros escolares, Joanot Colom tiene
erigido un monumento, obra en bronce del escultor felanitxer Jaume Mir i Jaume
(1915-2012), que representa a un hombre desnudo, de pies y manos encadenado, brazos
abiertos y con su mirada en aptitud de exclamación dirigiéndose al cielo. A mi
modo de parecer, y respetando su ubicación, debería estar colocada en alguno de
los lugares que han tenido relación con el líder agermanado, como pueden ser la
calle que lleva su apellido, el castillo de Bellver donde vivió sus últimos
días, la plaza del donde tenía su casa adquirida por 22 lliures mallorquines y
derruida y sembrada de sal tras su ejecución, o la actual plaza de España, que
como hemos visto, durante unos años le fue dedicada y en la que se exhibió
parte de su cuerpo troceado.
Finalizo este artículo con dos
fragmentos de poemas escritos por Jaume Santandreu en su poemario Cançons per
el meu poble, dedicadosa las dos figuras más relevantes de la Germanía mallorquina
del primer cuarto del siglo XVI:
Gloriós Joan Crespí
mestre de la Germania
feis que el poble prest sia
amo del propi destí.
Despertau l´embruixament
d´aquell poder popular;
que altre cop tornem lluitar
per obrir el començament
de la nostra llibertat
i
la nostra retrobada,
caparrudament guanyada
amb la nostra identitat.
Excels
Joanot Colom
sant major del nostre altar,
vos venim a suplicar
que puguem SER EL QUI SOM!
És tan trista nostra sort
de Poble sempre vençut
que, més que en esclavitut,
sembla que vivim en mort.
Que la nostra solución
és deixar-nos de manies
i amb força de Germanies
proclamar que som NACIÓ!
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