Josep María Osma Bosch
El Domingo de Ramos es cuando, de
forma oficial, se da inicio a la Semana Santa; siete días en los cuales, y de
forma cronológicamente en la liturgia católica, se rememora la Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesucristo; aunque hay que decirlo, en algunas localidades,
incluida la capital balear, le dan apertura dos días antes, en Viernes de
Dolores.
Según los cuatro evangelistas
canónicos, es decir, Mateo, 21, 1-9; Marcos, 11, 1-10; Lucas, 19, 28-40, y
Juan, 12, 12-19, fue en una jornada dominical del año 33 de Nuestra Era, cuando
Jesús de Nazareth, a lomos de un burro, y vitoreado por un gran gentío agitando
entre sus manos ramos de olivo y hojas de palmera, entraba en la ciudad de
Yerushalayn (Jerusalén ), para celebrar con sus discípulos la Pesac (Pascua)
en recuerdo de la huida del pueblo hebreo del dominio egipcio en e el 1250 a.C.
y tipificado en el episodio bíblico de Éxodo 14, 5-30.
Sepultura de las víctimas (Foto: Archivo Josep María Osma Bosch) |
En Balears, además de las
procesiones penitenciales con sus caperutxes, capironats, cariputxos,
carepulles, cuculles... que veremos en estos días por las calles, también
tendrán a lugar en todas nuestras poblaciones el tradicional Vía crucis, del
latín Camino de la Cruz, recapitulando el camino de sufrimiento que padeció
Jesucristo cargado con el pesado madero
hasta el momento de su Óbito. Antiguamente, ese recorrido contaba con doce
estaciones, en Mallorca se le denominaba els Dotzce sermons; el papa Juan Pablo
II (1920-2005), lo reformó añadiéndole tres estaciones más.
Eran aproximadamente las cinco de
la tarde del 31 de marzo de 1844, Domingo de Ramos. Felanitx celebraba su Vía
crucis. Después de haber salido puntualmente la marcha de la iglesia parroquial
de Sant Miquel, y haber transcurrido las tres primeras estaciones, la de Jesús
condemnat a mort, Jesús carregat amb la creu Y Jesús cau per primera vegada,
los participantes de la procesión, encabezados por mossèn Bartomeu Oliver Capó,
escenificando al Cristo con el leño, escoltado por soldados romanos, y cerrando
las filas el clero y la corporación consistorial, al momento que se disponían
escuchar el sermón de la cuarta estación, la de Jesús troba a la seva Mare, en
boca de mossèn Simó Bordoy , de forma inesperada, el terraplén , timba en
mallorquín, construido en 1597, hoy en día tapiado, y que se hallaba frente el
portal de la iglesia llamado de Santa Rosa, se hundió dejando bajo sus
escombros a gran cantidad de personas que en sus alrededores estaban
congregados presenciando el acto religioso.
Tras varios momentos de
incertidumbre y de pánico, se procedió al rescate de los damnificados.
Doscientas personas fueron salvadas con vida, en cambio, se contaron cuatrocientos
catorce los cadáveres extraídos de dentro de las ruinas, siendo extendidos,
dándoles la extremaunción, en la explanada del templo parroquial.
Lápida del trágico suceso (Foto: Josep María Osma Bosch) |
En la actualidad, una lápida sita
en el lugar de la catástrofe (crédito fotográfico que se adjunta en este
artículo) y un monumento sobre la cripta donde descansan eternamente los restos
de los fallecidos en el cementerio felanitxer, recuerdan aquel triste y trágico
Domingo de Ramos en esa localidad mallorquina famosa por su inexpugnable y
recientemente remozado castillo de Santueri, por sus polémicas fiestas
patronales de Sant Agustí, por sus excelentes vinos, por tener la plaza de
toros más antigua de las Balears, por su majestuoso monasterio de Sant
Salvador, y por ser cuna de ilustres
personajes, como el que fue obispo de Puerto Rico Joan Antnoni Puig Montserrat
(1813-1894), el inmortal ciclista Guillem Timoner Obrador (1926), de los
escultores Guillem Sagrera (1380-1456
) y Jaume Mir Mateo (1915-2012), del
pintor Miquel Barceló Artigues (1957), y quizá de Cristóbal Colón (S. XV-1506).
Finalizo estas líneas sobre ese
trágico suceso con una gran glosa mallorquina sobre el mismo y escrito por un
famoso glosador local conocido como En Tià “Guingaia“: S´enterrosall de sa
timba:
Quin dia d´El Ram més trist
que a Felanitx hi hagué,
plorant per es carrer
-es meu fillet
que l´heu vist?-
Es
dia d´El Ram a vespre
Felanitx estava trist
no hi havia casa oberta
que no hagués mort o ferit.
Sa
gent tenia desig
d´anar escoltar es sermó,
quan morí es
predicador
i quatre-cents de Felanitx.
Es portal de Santa Rosa
ha fet un enterrosall
ningú ho havia vist mai
tants de
morts a una enclose.
En es pas des quart sermó
Jesús s´encontrà amb Maria
tresor de gran alegría
traspassada de dolor,
en
aquesta ocasió
va morir es predicador
i molta de gent que hi havia.
Sa timba de Santa Rosa
es dia d´El Ram s´amollà
quatre-cents
en va matar,
ja va parar bona llosa!
Més de dos-cents
infantons
Romangueran sense mare,
també hi romangué es frare
que feia es Dotze Sermons-
Oh! Vila de Felanitx
que ho ets de
desgraciada!
des de que ha caigut sa murada
n´han morts grans i petits.
Tot felanitx s´enespanta
no pensaven que fos tant,
i
per paga es Dijous Sant
s´encengué sa Casa Santa.
Verge
de Sant Salvador
que estàveu de descuidada
quan va caure sa murada
damunt es predicador.
Ja és mort es predicador
des
poble de Felanitx
i quatre-cents de morts hi ha
i altres tants de ferits.
Vileta de Felanitx
quina desgràcia has tenguda!
una paret n´es
caiguda
n´han morts de grans i petits.
En
escriptura se trova
aquets fet espantós,
quatre-cents i vint-i-dos
en va matar aquella llova.
Mil vuit-centquaranta-quatre,
de
Març, dia trenta-u,
a Felanitx és segur
que els que La Mort se´n va dur,
no val tant tot el Perú
ni milios d´or ni de plata,
sa paret mata qui mata,
quina garbera va batre
juntament
amb el Comú.
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