sábado, 18 de enero de 2014

UNA ENSANGRENTADA MISA DE DIFUNTOS

Josep María Osma Bosch

El pasado jueves, día 16, uno de los puntos que visitamos en la V Ruta Cultural por las calles de Palma, fue la iglesia conventual de San Francisco de Asís, templo donde reposan los restos mortales de Ramón Llull, el mallorquín más universal, y un lugar cargado de historias, como la que acto seguido veremos.

Interior iglesia de San Francesc
(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch)
Restaban tan solo semanas para expirar la tregua pactada por las familias de los Espanyols y Armadans delante de la Católica Majestad Fernando V, cuando ambos clanes familiares coincidieron en una misa de difuntos que se iba a celebrar en la conventual iglesia de San Francisco de Ciutat; y en un momento durante el Oficio, tuvo lugar un incidente protagonizado por dos miembros de las poderosas familias con el resultado de muertes e innumerables contusos por hematomas y contusiones de arma blanca y detenciones a mansalva. Sepamos lo ocurrido por la crónica de Guillem Terrassa, sacerdote e historiador, fallecido el 21 de noviembre de 1778, anal que recoge, de forma literal, Álvaro de Campaner y Fuertes en su "Cronicón Mayoricense".

"(...) Llegado el 2 de noviembre de 1490, y hallándose los uno y otro bando en la Iglesia de San Francisco, se trabaron de palabras, de las palabras pasaron a los hechos, y sin consideración á la tregua que habían firmado, ni el sitio donde se encontraban, ni á la solemnidad de los divinos oficios que se estaban celebrando, desnudaron espadas, y el sagrado templo quedó convertido en teatro de un sangriento combate. Cerraron los oficios y los mismos; los religiosos corrieron á interponerse, llevando crucifijos en las manos, exhortando los contendientes á hacer cesar tamaña profanación; pero crecía el tumulto, y aumentábase el furor, y trescientos aceros se cruzaban horrible esparciendo por doquier la sangre y el espanto. ¡Teneos señores! gritaban los religiosos. ¡Mirad que estáis en la iglesia santa del Señor! ¡Vergüenza, vergüenza! Y continuaba la lucha de cada momento más encarnizada, y corría la sangre de numerosos caballeros y nada era bastante para restablecer la paz en aquel recinto; hasta que expuesto por los religiosos el Santísimo Sacramento, logróse poner término la encarnizada pelea.

Entre muchos sujetos de todos estados que resultaron heridos, Francisco Armadans salió con cinco cuchilladas y el pulgar de la mano derecha, cortado; Guillermo Desmas con una grande herida en el cuello; Guillermo de Puigdorfila, con otros en la cabeza y espaldas; y Miguel Bruguet con varias lesiones de no menor gravedad.

Fueron encarcelados en una torre de Palacio, entre otros, Juan Odon de Pachs, Juan Desmas y Jaime Armadans; y para desagraviar á Dios se hicieron tres procesiones de solos eclesiásticos y una misa de "Requiem" por las almas de los difuntos, celebrándose una misa á Nuestra Señora y á la Santa Cruz para alcanzar el perdón".
Iglesia de Sant Francesc
(Foto: Archivo Josep María Osma Bosch)

Lo que no cuenta Terrassa, es que muchos de los actores de la trifulca fueron arrestados en sus domicilios, residencias donde se pintaron escudos reales para determinar los límites del arresto, los Armadans tenían su inmueble en la actual calle Sanç, mientras que los Espanyols vivían en una travesía de la calle Sindicat, precisamente hoy en día esa calle está denominada como de Ca´n Espanyol. En el interior de la iglesia donde ocurrieron los hechos se pintaron cruces rojas para purificar al templo del sacrilegio cometido en él.

Pero las luchas entre familias nobiliarias seguirían escribiendo páginas trágicas de la Historia de Mallorca por algunos siglos más, siendo el 11 de octubre de 1632, cuando las partidas de los "Canamunt" y "Canavall", mediante la mediación del obispo de Mallorca, Juan de Santander llegarían a una "reconciliación".






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